CARRERA DE MONTAÑA DE NAVALAFUENTE 2012

El invierno de este  2012 está siendo algo apático en cuanto a lo de llover se refiere. Pero el día de la prueba amaneció con un estupendo sol, y tras dormir más bien poco pensando en el día, me levanté deseando acudir a la cita. Serían doce kilómetros de distancia tocando solo el asfalto en los cien metros de salida y llegada de la carrera. Además, me hizo mucha ilusión que me acompañaran a la carrera Janet, Valle y mi padre.

Llegamos, y como siempre en estos eventos, el ambiente que reina es contagioso. En primer lugar nos dirigimos a coger el dorsal y posteriormente al coche para prepararme tranquilamente. Una vez engalanado nos vamos a tomar un café a un bar próximo a la línea de salida. Pero como no podía ser de otra manera, la tripa me dice que en ella hay algo que no debería acompañarme en la prueba. Pues un WC y para adentro a hacer buen uso del mismo. Han pasado casi veinte años para ver otro retrete como ese. Fue en cuando realicé el servicio militar. O sea, apoya los pies en dos repisas adaptadas para esta extremidad y encorvando el cuerpo con el pantalón ya bajadito, buscas la incomoda posición final de “en cuclillas” y vas al lío, siempre evitando el caerte, ya que además del fuerte golpe, el lugar donde has de caer no es, ni mucho menos, cosa agradable. Pues hecho lo necesario y más que recomendable menester fisiológico me voy a calentar. Poco después todos estamos preparados para la salida. Dejo a la familia una chaquetilla con la que calenté y busco mi posición en la salida.

       La salida no es muy veloz y es que enseguida ganamos altura. Toda la primera parte es de subida, no extremadamente dura pero ascendiendo en todo momento. Voy viendo a los primeros todo el tiempo a la vez que me voy dando cuenta de que cada vez me van sacando más ventaja. Era evidente, pero me encuentro bien. Lo que realmente me da miedo es la distancia. Nunca he competido en doce kilómetros y menos aún por montaña. Voy lo más rápido que puedo pero regulando siempre evitando reventar. Los kilómetros van pasando y se va acercando el final, seguro que lo consigo, pienso. La segunda mitad de la prueba es mucho más llevadera. El terreno es más divertido, digamos que los caminos se hacen más estrechos, se pasan riachuelos, algún puentecillo y todo es más verde. También aquí meten alguna rampa para terminar de desquebrajar a los zombies que vamos aproximándonos a la línea de meta.

       Ya se ve el pueblo, está demasiado cerca, no queda nada. Al entrar, rápidamente me encuentro con la calle donde calenté casi una hora antes. Al final esta la meta. Según voy llegando adelanto a algún corredor y busco con la mirada cansada a mi familia. Allí están, Valle me está esperando para entrar conmigo de la mano. Al pasar a su lado, a solo 20 metros del arco de llegada, Valle sale corriendo a mi lado sin darme la mano. Me siento muy alegre con ella ahí a mi lado corriendo, pero… antes de llegar a la línea de meta se le sale la zapatilla. Ni corta ni perezosa se sienta en el suelo justo debajo del cronometro y se la pone para seguir su corta carrera. Hasta el speaker dijo que se apartara la gente de esa zona.

Entrando en meta al lado de mi niña.

       No pasó nada, una vez pasada la línea de meta la cogí en brazos y la di un buen beso. Me encontraba muy feliz. Al momento llega también Janet que con lo sentida que es y viendo el tinglado allí montado por la carrera, con las familias aplaudiendo a los corredores, la música, el esfuerzo, la niña en mis brazos y viéndome disfrutar tanto, me abraza y me da un beso con sus fáciles lagrimillas en los ojos. Mi padre también anda por allí y para mi desgracia no me ha podido sacar fotos por culpa de la batería. Bueno, no importa, el que hayan estado conmigo los tres ya es un buen premio. Al final todo ha salido a pedir de boca y juntos tomamos los canapés y bebidas que tiene preparada la organización para todos. Tras llenar un poco el estomago nos marchamos para casa. Tocaba dormir, que por la noche había que cumplir con el trabajo.

Muy buena carrera y mejor sus tapas finales.

Con Valle al final de la carrera.