sábado, 2 de julio de 2011

Kilómetro Vertical de La Barranca 2011

      

Última parte de la carrera a más de 2.000 metros de altitud.
        Después de todo un ajetreo de trenes, coche, trabajo y demás trasiego consigo estar presente el día 5 de junio en la que sería mi primera carrera de montaña, o mejor dicho, mi primer kilómetro vertical, ya que hacía cosa de un mes corrí mi primera prueba de carrera a pie y en terreno de montaña. Muchos apaños tuve que hacer para estar presente en esta carrera ya que aparecieron las vacaciones de mi mujer, así de repente, y nos marchamos para las playas de Huelva casi sin pensarlo para así aprovechar los pocos días libres que podríamos estar juntos de veraneo este año 2011. Con todo esto no quedaba otra opción que a mitad de estos días vacacionales me tuviera que apañar de la mejor manera posible para viajar a Madrid y trabajar el fin de semana, y de esta forma, y aprovechando mi estancia en casa, poder correr la prueba a la que con tanta ilusión me inscribí hacía tiempo.
Y así se hizo, el sábado temprano Janet, Valle, mi padre y yo nos marchamos hacia Sevilla para coger el AVE dirección Madrid y, de la misma forma, y en sentido inverso, volver en dos días y disfrutar de las pocas vacaciones que me quedaban.
       Llega el día de, domingo 5 de junio, y tras un madrugón sublime me cojo mi "cunda", (coche viejo usado por yonkis para acceder a poblados chabolistas en busca de su dosis), el otro está en la playita y así denomino a éste, cariñosamente, claro, y marcho dirección Navacarrada donde dará comienzo la prueba. Llego sin problemas, no sin antes parar para tener que "evacuar" en una gasolinera próxima a la salida de la carrera porque sino no correrría ni un solo metro con el dolor de tripa que se me puso, así que una vez hechas las necesidades fisiológicas necesarias, muy necesarias, llego a la zona del Hotel La Barranca a unos tres o cuatro kilómetros del pueblo de Navacerrada, zona que conozco bien ya que he estado en otras ocasiones, sobre todo en invierno, cuando he elegido practicamente el mismo itinerario por el que discurre la prueba para ascender a una de las cumbres que más me han motivado siempre a la hora de ir a la sierra, La Maliciosa. Por otra parte este pico está muy próximo a la cima donde está situada la meta de este Km Vertical, el Alto de Guarramillas o más conocido por todos como la Bola del Mundo. Una vez en el parking habilitado para vehículos estaciono y me acerco a la zona donde se encuentra el control de la carrera para recoger mi dorsal, el chip, los típicos regalos de estas pruebas y una bolsa de basura, nueva eso sí, para que podamos meter la ropa que queramos y  así poder dárnosla en la meta ya que a esa altitud por muy verano que sea suele bajar notablemente la temperatura. Me marcho con mis cosas para el coche y me empiezo a preparar, pongo el dorsal en la camiseta, me apaño mis zapatillas, y guardo mi ropa en la bolsa de basura, y ahí van un pantalón de treking, una camiseta térmica de manga larga y una forro polar fino. Comentar que la bajada la realizas por tus medios, o sea a pie, hasta el coche, o sea, por donde has subido pero bajando, evidentemente, o sea que si la carrera son 7 kms te esperan otros siete de vuelta por pelotas. Pues como estaré reventado de la subida me abrigaré bien y para abajo tranquilamente, pienso, más tarde me doy cuenta que me he equivocado notablemente. Una vez entregada la bolsa con mi ropita a la organización empiezo a descender junto al resto de participantes los cerca de dos kilómetros que separan la zona de control con la línea de salida por una pista de tierra para así estar a exactamente 1.260 metros de altitud y con ello ascender en la carrera justo 1.000 metros de desnivel para llegar a la meta que evidentemente se encuentra a 2.160 metros de altitud. De ahí, cómo se llama la prueba, Km Vertical, y el nombre de La Barranca por el lugar donde está la salida y por la zona donde discurre la mayor parte de la prueba.
       Una vez en la zona de salida nos vamos agrupando los valientes y pasamos revista colocando el chip que llevamos puesto en la muñeca en una maquinita que porta un responsable de la carrera y que al contacto con el mismo emite un bip, constatando de esta forma que estás dispuesto a disfrutar y posteriormente a conocer tu puesto en la prueba así como el tiempo empleado en realizarla. Unas instrucciones por megafonía, alguna gracia para el nerviosismo existente y bocinazo de salida. Muy pronto los galgos cogen ventaja y yo a mi ritmo pronto empiezo a notar dolor en mis pies. He elegido mis zapas de montaña para correr esta prueba y desde luego que para la primera parte que discurre por una pista forestal no me van nada bien y temo que me duelan más de la cuenta. En cuanto abandonamos la pista parece que mejora el dolor pero esto se va haciendo duro a pasos agigantados, todo el tiempo cuesta arriba va haciendo mella en las piernas, y aún no ha llegado lo realmente empinado del recorrido. Llegado el terreno complicado la gente empieza a andar, yo sigo con la carrera y adelanto algunos puestos pero en cuanto pasan unos metros, aparecen las piedras y el camino se estrecha y entonces imito rápidamente a los compañeros de aventura, no quedan más huevos. Manos a los muslos y a respirar hondo.

Valle de la Barranca. La parte con más desnivel. Al fondo y arriba el Collado del Piornal.


 
       La subida se hace larga, y lo sé de sobra ya que la conozco bien, y hay un momento en que realmente lo paso mal y siento que me revientan los cuádriceps y los gemelos, me adelantan algunos corredores, pero ya queda poco para el Collado del Piornal y sé que en ese punto el terreno se suaviza algo, o bastante en un pequeño tramo, y efectivamente allí recupero muy bien y ya sólo queda la subida a la bola por un camino bien marcado y todo de piedra suelta en su mayoría.

 
       Aquí ya no me obsesiono por dar alcance a nadie y sigo mi ritmo para acabar la prueba lo mejor posible, ni me adelantan ni adelanto, sigo en directo como animan a una chica para que de alcance a su rival y así ocupar el primer puesto de las féminas, ¡con esos ánimos yo llego el primero! Por fin las antenas del Alto de Guarramillas a mi altura, algunos aplausos y ánimos de los pocos congregados allí dada su ubicación, pero que se agradecen enormemente, y cruzo la meta, me quitan el chip de la muñeca a toda velocidad, suena de nuevo el bip y me siento como si esta gente pensara que me iba a desmayar por el esfuerzo realizado, se lo harán a todos igual que a mí por si acaso, pienso… Pregunto al que llegó delante de mí el tiempo empleado, ya que yo no porto reloj, debo ser el único ya que aquí eso del reloj parece una obsesión, y me dice que ha tardado 1:08. La verdad que pensaba que iba a tardar menos, no sé me hice esa idea, errónea claro, pero estoy contento con lo conseguido y después de ser mi segunda carrera el solo hecho de terminarla me deja muy satisfecho y contento con lo conseguido. Como un poco de lo que la organización tiene preparado y a la vez me visto con la ropa que allí me está esperando, dentro de la fea bolsa de basura. Aquí arriba desentonan una barbaridad el color azul de las bolsas tiradas por el suelo que no hacen ningún honor a lo bonito del entorno, aparte de lo dicho dejamos las antenas de la Bola del Mundo, todo un hito en la geografía de la Sierra de Guadarrama, pero no por ello feas como un grafiti en las Cuevas de Altamira.

Algunos participantes en la zona más dura de la prueba.

       Una vez vestido, hidratado y alimentado me tiro dirección contraria camino del aparcamiento donde me espera mi "cunda". Ya cuando subía veía bajar a los primeros  clasificados corriendo y pensaba, estos están locos después de semejante palizón. Pero ahora yo he recuperado y sin más empiezo a correr también y así todo el mundo, ¡menuda tralla cuesta abajo!, y la verdad me encuentro muy bien, incluso formamos un grupito de tres que prácticamente llegamos juntos a la zona del parking. Al final pienso que si yo he bajado también corriendo, cómo no lo van a hacer los demás que en su mayoría están acostumbrados a este tipo de pruebas y además mucho más duras. Total, que llego muy bien, contento y dispuesto a correr más pruebas como esta en las que yo considero mis montañas.

       Una vez en casa y consultado el puesto que ya ha sido publicado en internet compruebo que he quedado el 60 con 1 hora y 9 minutos, o sea, a mitad de la tabla como dicen los futboleros. Éramos 140 corredores de los que se retiraron unos 10-12 más o menos. Como me pasaba en el ciclismo, de la mitad un poquito “pa´ lante”. Y digo yo: Que chungo es ser el primero, coño!
       Una prueba preciosa, igual que corta en kilómetraje es dura en desnivel.

                                      








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