sábado, 21 de julio de 2012

Triatlón Cross Encinas de Boadilla 2012

Con estos tiempos que corren, entre recortes, minisueldos, subida de impuestos y no sé cuantos acojonadores términos más utilizados por políticos y economistas que nadie llegamos a entender del todo, como puedan ser prima de riesgo, déficit, rescate financiero y no sé cuantas hostias más, tantos y tantos desastres llegados a nuestros hogares y nuestras vidas sin quererlo y sin tan siquiera poderlo evitar, y que todo ello irremediablemente va rebajando el ánimo y la moral de casi la totalidad de la sociedad de este país, qué mejor que buscar y encontrar cada uno de nosotros esos momentos propios, únicos, e inigualables en los que logras encontrar la plena armonía contigo mismo, con el deporte y con la naturaleza sin que nada ni nadie, por muy político que sea, se pueda interponer en tu camino JAMÁS.

       El campeonato DuCross Series guardaba para el sábado 30 de junio el primero de los dos triatlones que celebrarán este año 2012. El Tri Cros Encinas de Boadilla. Qué mejor que un triatlón para rebajar tensiones y disfrutar de una excelente competición.
       Como viene siendo habitual, y a ver si cambia pronto, me presento solo en el que será mi segundo triatlón, este también en la modalidad de distancia sprint. Se nota que aunque la experiencia es escasa aún en este mundo, este tri ya no es el primero y me desenvuelvo mejor al ir de un lado para otro buscando dorsal, transiciones, guardarropa, etc. Vamos, todo más tranquilo.
       Entro en la zona de transición, toda sobre una explanada de hierba, y dejo colocado todo el material para mis dos pasos por esta zona una vez estemos en carrera. Salgo de la zona y busco con la mirada el recorrido a hacer una vez finalizada la natación y el ciclismo con el fin de memorizarla lo mejor posible para evitar confusiones después y me marcho a dejar mi bolsa en el guardarropa, con la ropa que me pondré al acabar. Preparado con mi barato tritraje, que cómo aguanta el “tri20€”, mis gafas baratas, unas de junior de la marca arena a 9.90€ que van de lujo, y mi gorrito de baño que me ha entregado la organización, me voy a echar un ojo al complicado circuito de natanción que tienen organizado en el lago de este bonito paraje. La gente aquí no se aclara, yo tampoco, entre tanta boya e isletas situadas en el agua. Que si giras en esa boya, vas hasta la otra, luego la isleta por la derecha, no, es por la izquierda, que no, bueno. A mirar el mapa del recorrido a la vez que miramos el lago, no se entera ni dios en un principio pero finalmente va quedando todo más claro. Serán 700 metros a una vuelta, o sea, sin salir del agua como ocurrió en el de Tres Cantos.

Salida primera tanda, desde esta parte salté al agua.

       La salida esta en el lado opuesto del lago, en frente a la zona de transición. Algunos optan por llegar allí a nado y otros, como yo, bordeando el lago a patita. Sigo con mi pensamiento de ahorrar calentamiento en el agua para no gastar ni un gramo de fuerza y hacerlo fuera como hice en mi otro triatlón. En el agua, como siempre digo, sigo muy pez, tiene guasa. Serán cuatro tandas de 100 corredores cada una por orden de dorsal. Yo saldré en la segunda. Llega la primera salida e inmediatamente nos preparamos los segundos, en dos minutos salimos. La primera tanda se va alejando y rápido se da la salida. Me coloco en el lado más alejado del pantalán para buscar más profundidad en el agua, lo más alejado de la orilla y no tener problema al tirarme de cabeza, así como no encontrarme nadando en medio del campeonato acuático de boxeo, o por lo menos lo aplazaré hasta llegar a la primera boya donde soy consciente que la tomaré por dentro y que los guantazos estarán asegurados. Antes que yo saltan algunos corredores y por lo estrecho del pantalán no nos podemos situar en fila, así que en cuanto encuentro un pequeño hueco entre dos que ya están mojados salto de cabeza y comienzo con mi prueba. La diferencia del agua con Tres Cantos es brutal, a pesar de estar oscura no tiene ni punto de comparación y me encuentro bastante más a gusto, y tal y como pensé voy cómodo sin golpes por medio del lago sin muchos estorbos. Pero la boya se acerca y el embudo con ella. No la paso mal aunque con los inevitables golpes del amontonamiento humano. A seguir hacia la isleta, esta también por dentro, a derechas. Al ser más abierta no hay tanto agrupamiento pero aquí el fondo disminuye y lo toco. Me aparto y sigo sin más por un lugar más profundo buscando en el horizonte la segunda boya. Cada brazada que doy con la cabeza dentro del agua me desvío una barbaridad, lo que me obliga casi todo el rato a ir mirando por fuera y seguir a la gente, a la lejana boya y en la dirección correcta. Hay momentos muy buenos y nado muy a gusto aunque voy notando el cansancio. A partir de la segunda boya, más o menos a mitad de recorrido encuentro los peores momentos de la natación con algún agobio, leñazos y el no más remedio de tener que nadar a braza algún metro si no me quiero ahogar. Sin más llegan los últimos metros y encaro la zona de salida del agua que esta vez está montada en forma de muelle, no hay rampa de salida, y unos voluntarios nos agarran de la mano para sacarnos. Un pequeño mareo en un primer momento y rápidamente a correr hacia la bici. Me subo las gafas y ya más cerca de la transición me quito las mismas a la vez que el gorro que tiro posteriormente al lado de la bici. Hago el cambio bastante rápido y corro con la bici hasta la línea de jueces donde ya me puedo montar.
Hacia la priemra transición


       Nada más montar, a las primeras pedaladas, noto amagos de tirones en una pierna, no me lo puedo creer, ¡A que me da! Bebo con la sola intención de hidratarme cuanto antes y enseguida desaparece tan acojonadora sensación. Una primera parte rápida y llega el arenal. El camino duro veloz de repente se convierte en unas diminutas y pálidas dunas que entorpecen inevitablemente la pedalada y con ello el equilibrio de los más diestros en esto del mtb. Subimos, bajamos y esto no se acaba. A mi no me va ni un pelo. En varios momentos siento el suelo cerca de mi cara que logro evitar de puro milagro. En los repechos no quedan más narices que andar y algún valiente que lo intenta acaba bajándose o posteriormente cayéndose, o bien por que no podía más o bien porque algún imprudente senderista-mtb, como yo, lo entorpece. En un momento dado uno que se quiso subir antes de tiempo  en su bici, la pendiente le dijo que no y le mando al suelo por su lado derecho donde yo me encontraba. Yo me acababa de subir y lo esquivé por bien poco. Por fin se acaba la arena entre improperios que salen por mi boca sin remedio. Si existiera la profesión de quejica yo sería Director General. Ahora el camino gana en diversión, por lo menos para mí, se hace más rápido con muchas curvas y compañeros de aventura buscando la T-2. Como no conocía bien el final del tramo de bike me planto casi sin darme cuenta con los jueces que me obligan a bajar de la bici. No me he sacado los pies de las zapatillas y lo tengo que hacer una vez colgada la bici en su lugar. Una vez cambiado, transición rapidita, a por el último tramo, la carrera.

Finalizando la primera vuelta, aún sin el collar.

       He mirado y remirado el circuito varias veces, en casa y este mismo día. Pues mientras corro hago cuentas de cabeza y empiezo a ver la meta demasiado cerca para lo que creo que llevo recorrido, que creo que es poco, hasta que de repente un miembro de la organización que porta en su brazo colgadas un millar de cintas de color negro me entrega una que me debo de colgar del cuello a modo de collar y de forma visible que me hará un privilegiado cuando en la segunda vuelta vuelva a pasar por ese mismo lugar y con mi colgante me desvíe en busca de la meta a tan solo 100 metros de allí. Dos vueltas eran, evidentemente. Otra vez a subir las cuestecitas del circuito, pues vamos para allá. Con buenas sensaciones, o más bien sensaciones normales, voy superando los metros y encaro la línea de meta. Llego en un hueco entre corredores, solo, donde se me ve muy bien el dorsal, lo que hace que el spiker diga mi nombre con su correspondiente ánimo y entre en meta contento con las sensaciones en el día y la alegría de haber terminado y participado en un triatlón bien organizado a la vez que divertido.
Otra bonita experiencia finalizada, esto engancha saludablemente.
       Un tiempo total de 1:13:36 el 91º de mi categoría y el 127º de la general. Por cierto, lo de las categorías lo harán para no dar más premios porque yo con 37 añazos compito contra chavalitos de 20 o 25, buffff, así no gano nunca. La realidad es que da igual y es lo de menos y el solo hecho de participar es un lujo y el de acabar un triunfo.



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