lunes, 26 de marzo de 2012

CARRERA DE MONTAÑA DE NAVALAFUENTE 2012


El invierno de este  2012 está siendo algo apático en cuanto a lo de llover se refiere. Pero el día de la prueba amaneció con un estupendo sol, y tras dormir más bien poco pensando en el día, me levanté deseando acudir a la cita. Serían doce kilómetros de distancia tocando solo el asfalto en los cien metros de salida y llegada de la carrera. Además, me hizo mucha ilusión que me acompañaran a la carrera Janet, Valle y mi padre.

Llegamos, y como siempre en estos eventos, el ambiente que reina es contagioso. En primer lugar nos dirigimos a coger el dorsal y posteriormente al coche para prepararme tranquilamente. Una vez engalanado nos vamos a tomar un café a un bar próximo a la línea de salida. Pero como no podía ser de otra manera, la tripa me dice que en ella hay algo que no debería acompañarme en la prueba. Pues un WC y para adentro a hacer buen uso del mismo. Han pasado casi veinte años para ver otro retrete como ese. Fue en cuando realicé el servicio militar. O sea, apoya los pies en dos repisas adaptadas para esta extremidad y encorvando el cuerpo con el pantalón ya bajadito, buscas la incomoda posición final de “en cuclillas” y vas al lío, siempre evitando el caerte, ya que además del fuerte golpe, el lugar donde has de caer no es, ni mucho menos, cosa agradable. Pues hecho lo necesario y más que recomendable menester fisiológico me voy a calentar. Poco después todos estamos preparados para la salida. Dejo a la familia una chaquetilla con la que calenté y busco mi posición en la salida.