sábado, 5 de enero de 2013

Mi vida, mi bici y yo.

Acabó 2012 y la gente…. nos sigue odiando. Ocupamos un puesto en la sociedad donde entorpecemos más que otra cosa. Nadie nos quiere, o como mucho, alguno que otro, tan sólo nos medio respeta, pero sólo un poquito. Y señores, no hacemos nada malo, al contrario. Y aunque se empeñen en erradicar lo contrario, nosotros somos, y seguiremos siendo, ante todo, personas. Que esto quede muy claro. Tenemos familia, amigos, trabajos y aficiones, o sea, no somos seres llegados de otro planeta para crear el caos y el malestar social. Y es que no hay duda de que muchas veces apetece sacar una porra y liarse a mamporrazos con unos cuantos indeseables que son la cruz de todos y por los que pagamos los más débiles. Merecen un escarmiento, ya sea penal o de mano dura en el mejor de los casos. En este gremio hemos sufrido recortes y la cosa va a peor. Me la juego cada día que salgo a las calles y carreteras, y sin más, siempre al pasar cerca del españolito de a pie soy insultado o escupido con la pena de que a éstos no les caiga en ese momento una piedra en la cabeza del tamaño del Enterprise. ¡Vive y deja vivir! Solo tratamos de hacer lo que nos gusta y lo que en su día elegimos hacer. Aún así, y con todo lo que nos cae encima cada día, siempre salimos con una sonrisa a hacer una de las cosas que más nos gusta, CICLISMO.

NO MÁS MUERTES. RESPETO POR FAVOR.